Lorenzo Silva presenta en Melilla y Sevilla su libro ‘Siete ciudades en África’

Comienza la gira de presentación de Lorenzo Silva para hablar de su libro ‘Siete ciudades en África. Historias del Marruecos español’, editado por la Fundación José Manuel Lara. El lunes 7 de octubre estará en Melilla, concretamente en el Palacio de la Asamblea e invitado por el Gobierno de esa Ciudad Autónoma. El acto dará comienzo a las 20,30 horas y contará con la participación de la consejera de Cultura, Simi Chocrón.

El miércoles, día 9, a las 19,30 horas estará en Sevilla, en la sede de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, para hablar, junto a Juan Eslava, de este libro en el que el autor realiza un completo repaso histórico a las ciudades españolas en suelo africano, que se convierten en protagonistas del relato.

Por último, el día 10 de ocrtubre participará en un encuentro con clubs de lectura en la localidad de Alcalá de Guadaíra, acto organizado a partir de las 19,30 horas por la Biblioteca Pública Editor José Manuel Lara.

‘Siete ciudades en África. Historias del Marruecos español’ parte de un hecho histórico. En el año1956 acababan los protectorados francés y español en el norte de África. Durante 43 años, habíamos dejado nuestra huella en Marruecos; huella que Lorenzo Silva rescata para darnos a conocer este legado en el nuevo título de la colección ‘Ciudades andaluzas en la Historia’. El autor se pasea por unas localizaciones que, pese a estar alejadas por un estrecho atribuido a la obra del legendario Hércules, mostraron la prueba definitiva de que es posible unir a dos continentes totalmente diferentes. Estas historias del Marruecos español sirven también para comprender un poco más una época poco profundizada, pero que tuvo una relevancia importante en el transcurso histórico de nuestro país.

Ceuta, Larache, Tetuán, Xauen, Melilla, Nador, Alhucemas. Siete ciudades en África, siete encla­ves singulares en la franja no­roeste del continente, unidos o separados por las fronteras a lo largo de los siglos. Hoy, dos de estas ciudades son españolas y las otras cinco marroquíes, pero en todas ellas hay rastros inten­sos de los oriundos de la penín­sula, que alimentaron su censo y trazaron sus calles. Este libro es un viaje a los años en que se produjo la última reunión de las siete, entre la segunda y la ter­cera década del siglo pasado, con la conquista y pacificación del Protectorado. Es una histo­ria de lucha, pero también de construcción, en la que se cru­zan intentos de comprensión y pasiones recíprocas. Un via­je a espacios que lo son de la memoria común, a un territorio donde las sangres y los afanes de españoles y marroquíes lle­van mezclándose desde siem­pre. Donde acaso venimos es­cribiendo, sin saberlo, capítulos de una historia futura en que las fuerzas se sumen, como un día se sumaron para levantar estas ciudades a la vez europeas y africanas.

‘Siete ciudades de África’ es una apasionante evocación de los años del Protectorado en Marruecos, con incursiones en otros momentos de la his­toria española en el norte de África. Además, Lorenzo Silva, su autor, es un experto de la zona, a la que ya dedicó un libro de viajes y varios ensayos sobre la zona.

– ¿Cómo y porqué se produce su acercamiento al norte de África, sólo por motivos familiares?

– En un primer momento, así es. Tengo familia marroquí, por parte materna, mi abuelo de esa rama de hecho murió en Rabat y allí está enterrado, y mi abuelo paterno estuvo durante seis años en la guerra de África. Eso me permitió conocer Marruecos a edad temprana (con cuatro años) y comprobar que las historias marroquíes, presentes y pasadas, formaban parte de mi educación personal y sentimental. A partir de los catorce años comencé a leer mucho sobre el asunto y descubrí la íntima conexión de los españoles con los que viven al otro lado del Estrecho, y me pareció una historia apasionante, que acabó colándose casi de forma natural en mi quehacer como escritor.

– ¿Nos esforzamos un poco más por comprender a nuestros vecinos de Marruecos, o seguimos mostrando indiferencia y rechazo?

-Un poco más, pero muy poco, y desde luego no lo suficiente. Solemos olvidar que buena parte de ellos descienden de peninsulares, es decir, que son hermanos nuestros en el más amplio sentido del término. Tampoco valoramos como se debe el hecho de que sólo tenemos tres vecinos, y que la vecindad exige un mínimo compromiso y conocimiento: España, históricamente, sólo ha respetado a Francia; Portugal y Marruecos son dos grandes desconocidos para la mayoría de los españoles, y eso ha bloqueado una solidaridad que debería ser natural, y que nos haría más fuertes a los tres.

– La etapa del Protectorado ¿sigue siendo desconocida para los españoles en general? ¿nos sentimos orgullosos de ella? ¿qué tiene de leyenda?

-No es una historia en la que se haya profundizado en exceso. Ni el cine, ni la literatura, dejando aparte unas pocas excepciones y alguna obra de propaganda de la época (que para mí apenas cuenta a estos efectos), le han dado la relevancia que tuvo, más para España que para Marruecos, a decir verdad. La Guerra Civil no se explica sin la costosa y cruenta pacificación de Marruecos en la década de los 20, en la que se forjaron los dos bandos que luego se enfrentarían en suelo peninsular. Orgullo de lo que no se sabe es difícil tener, aunque el Protectorado tuvo también sus luces. No hay más que ver el urbanismo de las ciudades hoy marroquíes que se retratan en el libro.

– Aunque nos traslada a los años del Protectorado, a una etapa de nuestra historia pasada, ¿nos puede servir este libro para conocer la realidad actual de Marruecos?

-El libro habla esencialmente del pasado, con algún guiño al hoy. Pero lo que somos es resultante de lo que fuimos. Y el Marruecos de hoy, aunque muy influido por Francia, guarda vestigios profundos de su pasado español.

– ¿Qué diferencias existen entre este libro y sus anteriores publicaciones basadas en la historia o el presente de Marruecos?

-Quise hacer un libro complementario de los anteriores, no redundante o reiterativo. De ahí que lo haya enfocado a través de las ciudades, que en otros libros míos sobre Marruecos sólo son el escenario de una acción o un viaje, y aquí son las protagonistas del relato. Es un libro divulgativo, pensado para ser apreciado y entendido por un lector que sabe nada o poco de Marruecos y de nuestra historia común, pero que creo que también puede ser interesante para un lector más experto porque se hace un repaso histórico mucho más completo que en los anteriores, donde la Historia entraba en forma de pinceladas dispersas aquí y allá

– ¿Qué destacaría del rastro que han dejado los españoles en estas ciudades del norte de Marruecos, teniendo en cuenta que dos de ellas son españolas?

-Han dejado la evidente fisonomía andaluza en  varias de ellas (pienso, entre las más antiguas, en Xauen o Tetuán, y entre las más modernas en Alhucemas). Y también un rastro de nostalgia de la patria al otro lado del mar, mezclada con una curiosa ambición. Son ciudades hechas por emprendedores, gente que abandonó su casa anterior de grado o por fuerza y que quiso y logró volver a empezar en otro sitio. No es un rasgo que suela asociarse al carácter español, y sin embargo ahí está, bien patente.

– Marroquíes y españoles, europeos y africanos. ¿Puede ser posible una vida en común? ¿Estas ciudades españolas en África pueden servir de ejemplo?

– Claro que es posible, con un poco más de empatía y respeto recíproco, reconociendo las diferencias evidentes y poniéndolas en su justo término, que, salvo las excepciones intolerantes de uno y otro lado, en absoluto impiden la convivencia y el enriquecimiento mutuos. Ceuta y Melilla, pero también las otras cinco, son muestras de cómo el temperamento español y europeo es capaz de coexistir de forma provechosa con el lado africano de su identidad. El mundo será un lugar más justo y digno de ser habitado el día que se pueda alzar ese puente (o perforar ese túnel) que hoy por hoy sigue sin unir ambas orillas del Estrecho.

– Dígame de cada unas de las siete ciudades de este libro un adjetivo, una frase, una idea que la defina.

– Ceuta, vigía; Larache, milenaria; Tetuán, corsaria; Xauen, misteriosa; Melilla, valerosa; Nador, soñadora; Alhucemas, combativa. 

– Recomiende a los lectores ‘Siete ciudades de África’:

– Conocer a otros es conocerse a uno mismo. Sobre todo cuando los otros han compartido nuestro camino y, por determinación de la historia y de la geografía, van a seguir, a buen seguro, compartiéndolo. Este libro creo, humildemente, que algo ayuda en ese empeño