El escritor andaluz participó en la Feria del Libro de Sevilla 2007
Una de las actividades principales de la Feria del Libro de Sevilla fue la conferencia que pronunció el escritor y poeta José Manuel Caballero Bonald. Pronunciada en un repleto Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla, el autor trazó su biografía a través de las lecturas que le han acompañado desde que era un niño hasta la actualidad. El poeta nacido en Jerez de la Frontera parte de la premisa de que “la biografía de un escritor está ligada a los libros que ha escrito y también a los libros que ha leído”. De este modo, trazó un “mapa o inventario sentimental de mis libros inolvidables, una biblioteca privada que me ha acompañado como escritor”. En esta lista, y por orden cronológico ocupan un lugar importante ‘El rey del mar’ de Salgari y ‘El lobo de mar’ de Jack London’, novelas que acrecentaron el gusto de Caballero Bonald por “el mar como única patria”.
Con la poesía, que definió como “la máxima temperatura que puede alcanzarse en la lengua”, el autor de ‘Manual de infractores’ siempre ha mantenido una relación preferente desde muy joven. Recuerda con especial cariño los dos volúmenes que le prestó em Jerez un viejo republicano amigo de su padre: Antología de la poesía española de Gerardo Diego y Segunda antología poética de Juan Ramón Jiménez. “Me servían para viajar por un mundo maravilloso-afirmó-. Ese fue mi punto de partida”. Ya en la Facultad, “una época oscura” Caballero Bonald recordó algunas de las lecturas obligatorias: ‘La Odisea’ de Homero o ‘Soledades’ de Góngora. Entre sus lecturas perdurables citó ‘Los cuadernos de Malte Laurids Brigge’ de Rilke, ‘Una temporada en el infierno’ de Rimbaud y ‘La casa encendida’ de Rosales.
Pero también la narrativa ocupa un lugar destacado en la biblioteca sentimental de Caballero Bonal. “Leí novelas porque me dediqué a escribirlas. Me pasa que cada cierto tiempo pierdo la fe en la poesía”. En este género, citó cuatro libros preferentes: ‘La metamorfosis’ de Kafka, ‘El ruedo ibérico’ de Valle-Inclán, ‘Absalón, absalón’ de Faulkner y ‘La náusea’ de Sartre.
Tras este detallado recorrido bibliográfico, el autor acabó haciendo un sentido homenaje a la lectura. “Toda democracia -afirmó- será más efectiva cuanto más promueva el ascenso cultural de los ciudadanos y por ende el amor al libro”.