José Carlos Llop reúne su poesía más reciente y un libro inédito en ‘Mediterráneos’, nuevo título de la colección Vandalia

Veinte años después de su anterior recopilación -una publicación denominada ‘Poesía (1974-2001)’-, José Carlos Llop reúne ahora para la colección Vandalia en ‘Mediterráneos’ los cinco libros publicados desde entonces y les suma un sexto hasta ahora inédito, titulado ‘El árbol de los cormoranes’, con el que se cierra de momento su casi medio siglo de dedicación a la escritura poética por parte de uno de los más prestigiosos autores españoles contemporáneos. El libro se ha presentado ya en su ciudad natal, Palma de Mallorca, así como en Madrid, Sevilla y Málaga (con la colaboración del Centro Andaluz de las Letras en estas ciudades andaluzas)

La edición ofrece por primera vez las traducciones al castellano de los poemas escritos en catalán: el libro entero ‘Quartet’, así como otros poemas de Llop  –autor también de las versiones españolas– escritos en esa lengua. Hay que destacar que el frontal de cubierta recoge una acuarela inédita de Miquel Barceló, expresamente cedida por el artista para esta edición.

El escritor Eduardo Jordá, José Carlos Llop y el editor Ignacio F. Garmendia, durante la presentación de ‘Mediterráneos’ en Sevilla. (Fotos: Luis Serrano)

Aunque con la publicación de ‘El árbol de los cormoranes’ José Carlos Llop cierra de momento su casi cincuenta años de dedicación a la escritura poética, el propio autor ha indicado que “la expresión medio siglo encierra cierto aire de senectud que no se corresponde con la realidad del género. Ni siquiera la poesía considerada elegíaca guarda en su concepción y escritura relación especular con su agente provocador: el fin de una época, por ejemplo, o el adentrarse en otra de decadencia, sea cual sea la que la vida nos tenga reservada”.

La poesía es, por lo tanto, para el escritor “siempre epifánica y superior, por tanto, al hecho que la provoca. Pero también es cierto que el tiempo concede una manera de mirar distinta que nos permite contemplarla reunida, casi como el arqueólogo observa un mosaico recién desenterrado, que revive con toda su vivacidad y el esplendor de la juventud. O sea, el misterio otra vez. Aunque a ese mosaico le falten teselas y el tiempo haya destruido fragmentos de una escena de caza, de una batalla perdida, de un amor que fue y sin el que no seríamos como somos, ni habríamos escrito como lo hemos hecho…”

  • ¿Qué origen tiene este libro?
  • El mismo de siempre: vida y literatura y el misterio que hay detrás, como cualquier poesía que lo sea. Por otro, la idea de que un libro inédito podría ser un atractivo añadido al segundo tomo de mi poesía casi –confiemos que falten varios libros– completa.
  • ¿Pone fin, quizás, a alguna etapa?
  • Poéticamente creo que no. La voz no suele cambiar repentinamente a estas alturas de la vida, pero desconocemos lo que ha de venir de esa Otra parte, como la llamó Robert Graves.
  • ¿Qué diferencia ‘El árbol de los cormoranes’, el libro inédito que recoge este libro, de los anteriores?
  • Esencialmente, que cubre una parte de vida diferente a los anteriores. Y aquí sí hay algún que otro fin de etapa.
  • En estos veinte años aquí recogidos, ¿cómo cree que ha evolucionado su poesía? ¿hacia dónde ha caminado como poeta?
  • Hacia una mayor claridad. En todos los sentidos.
  • ¿Se considera vinculado a las tradiciones europeas, y en particular al ámbito y cultura mediterránea?
  • Sí, especialmente a la anglosajona, que es la mejor poesía del siglo XX, pero también a la poesía que viene en español del otro lado del Atlántico.
  • ¿Qué visión tiene de la poesía española actual? ¿Sigue a algún autor/autores especialmente?
  • De entre mis mayores a Gimferrer, en castellano y en catalán, a Carnero en castellano y a Francesc Parcerisas en catalán. De mis iguales, a Juan Manuel Bonet. Y entre los más jóvenes que yo, a Enrique Juncosa. Los poetas muertos –la lista sería larga– son la casa de todos.
  • Novelista, articulista, poeta… ¿dónde se prodiga más últimamente?
  • Sigo en los tres. Entiendo que cada género lo es en sí mismo, pero que en mí forman un mapa común. Esta es mi literatura, la que he sabido hacer con y en mi vida, sin distingos. Pero si hablamos de deseo, me gustaría que el origen de la poesía –y por tanto su escritura– no se acabara nunca.