La obra ‘Veinte años y un día’, del escritor Jorge Semprún, obtuvo el III Premio de Novela Fundación José Manuel Lara, que galardona la mejor obra del año escrita en castellano y publicada por cualquier editorial y en cualquier país durante 2003. El propio autor hablaba así de la experiencia que supuso para él volver a escribir en castellano: “Pienso en español, en francés y hasta en alemán. Pero esta novela sólo podría escribirla en castellano, porque nace de una historia que me contó Domingo Dominguín, y sólo podía tener sonido y olor españoles. No fue una decisión intelectual, sino muy personal y emocional”. Las casualidades quisieron que esta tercera edición de este Premio, coincidiera con la sesión de investidura del actual presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que hay que recordar que Jorge Semprún fue ministro de Cultura con el Gobierno del PSOE.
La novela, editada por Tusquets, está basada en hechos reales y ambientada en Quismondo, Toledo, 18 de julio de 1956. En la finca La Maestranza, veinte años después del estallido de la guerra civil, los Avendaño han decidido celebrar por última vez la ceremonia expiatoria en la que, ritualmente, en cada aniversario, reproducen la ejecución del hermano menor a manos de los campesinos. Entre los invitados figuran un hispanista norteamericano intrigado por tan extraña costumbre y un comisario de la Brigada Político Social empeñado en dar con un tal Federico Sánchez, agente comunista. Por diferentes motivos, ambos comparten el mismo interés en indagar en la historia reciente de la familia, sobre todo en las relaciones secretas de la bellísima y enigmática viuda, Mercedes Pombo. En la fragmentada sucesión de encuentros y tiempos se superponen y complementan las versiones, que van reconstruyendo los hechos fatídicos que dieron origen a la ceremonia.