El acto tuvo lugar el pasado 24 de abril en el Centro Museístico Charo Acero, en Villanueva de la Serena (Badajoz)
Liliana González Gugelmeier y Lucía Rodríguez, respectivamente, son las autoras ganadora y finalista de las obras, que se publican con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara
Las obras finalista y ganadora del XLIII Premio Felipe Trigo se han presentado en Villanueva de la Serena y ya están en las librerías.
Este certamen, consolidado en el panorama de las letras españolas y con fama de ser un excelente trampolín para autores noveles, lo organiza el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz), y cuenta con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara, que edita las obras ganadoras.
En esta ocasión, se trata de las novelas ‘Lo que trae el tiempo’ de Liliana González Gugelmeier, y ‘Clavarse las uñas’, de Lucía Rodríguez.Con respecto al libro que obtuvo el XLIII Premio de Novela Felipe Trigo, la escritora Paloma Sánchez-Garnica, presidenta del jurado que eligió esta novela por mayoría, explicó que “es un periplo personal entre el amor, el odio y el fracaso”.
Sobre la obra finalista ‘Clavarse las uñas’, el jurado señaló que destaca por la intensidad de su escritura, el uso de la elipsis y la fuerza de su discurso narrativo.
“Ser humano y mujer, ni más ni menos”, dice uno de los versos de Ida Vitale que abren Lo que trae el tiempo, junto a otros de Francisca Aguirre que advierten de “la riqueza que se oculta en la pérdida”. Ambas sentencias definen bien el poderoso carácter y el esforzado y admirable itinerario de la protagonista de esta novela, que se hace llamar la Paca Saravia y es descrita por Liliana González Gugelmeier en el recorrido que la lleva desde un pequeño pueblo de Uruguay, Colonia Suiza, hasta la capital del país, Montevideo, siendo apenas una muchacha, así como en las evoluciones posteriores de una mujer que nunca deja de luchar por hacer realidad sus sueños. Narrada en tercera persona y con un estilo entre realista e intimista que nos va descubriendo los anhelos de la Paca y sus decisiones alejadas de los cánones de la época, la novela retrata también un tiempo histórico, incluyendo los difíciles años de la dictadura, pero se centra en una vida cada vez más consciente de la que participan otros personajes que brillan con luz propia y nos ayudan a entender las etapas, las renuncias, los sacrificios y también las alegrías, a veces escasas pero enriquecedoras. A través de ella, la autora ofrece reflexiones sobre los caminos que se deben o no tomar, sobre el futuro siempre incierto, sobre los seres queridos, sobre las pérdidas y cómo afrontarlas, sobre los hallazgos personales y el largo camino del perdón.
Liliana González Gugelmeier nació en Uruguay y reside en España desde hace años. Es licenciada en Filología Hispánica, ha sido profesora de Literatura y ha trabajado durante mucho tiempo en el diseño y ejecución de tapices murales, compaginado el arte textil, las exposiciones y la práctica en talleres con el ejercicio de la escritura. Algunos de sus relatos han sido incluidos en las antologías 12 cuentistas y una prologuista (2014) y El papel y el placer (2016). Lo que trae el tiempo es su primera novela publicada.
Narrada por la protagonista desde el presente, pero articulada sobre la base de sus recuerdos de infancia, adolescencia, juventud y madurez, Clavarse las uñas cuenta la historia de la relación de una hija con su padre, al comienzo de modo fragmentario, como corresponde a la memoria de la niña que fue, y después de una forma más consciente y elaborada. Desde la infancia, la narradora ha sentido terror hacia la figura de este hombre que no convive con ella pero al que ve con regularidad, un “hombre muy bueno”, como lo califica reiteradamente su madre, al que se supone que debe estar agradecida, por tratarse de una persona culta y adinerada que la colma de regalos y presuntas atenciones. Con palabras que sugieren más de lo que dicen, Lucía Rodríguez describe el íntimo malestar de la hija y su evolución en el tiempo, los modos de conjurar una presencia que le angustia profundamente, el recurso a la mentira como estrategia de protección, la aparición de otro referente masculino que actúa como contrapunto y el aislamiento progresivo de su propia familia. La búsqueda de aire libre, de un entorno no opresivo donde pueda escapar del control y la influencia paterna, atraviesa varias etapas en las que la narradora pelea por emanciparse definitivamente y cerrar una herida que marca su existencia como un fardo que no deja de acompañarla.
Lucía Rodríguez nació en 1982. Pasó su infancia entre Madrid y Málaga. Estudió Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Desde hace quince años se dedica al análisis económico y de la política fiscal. Hasta 2020 su relación con la escritura era a través de artículos especializados para publicaciones económicas. Tuvo que pararse el mundo para que se planteara, durante el confinamiento y la pandemia, iniciarse en la ficción. Clavarse las uñas es su primera novela.