Un año más, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, presentó la obra ganadora del Premio Málaga de Novela, que convoca el Instituto Municipal del Libro de esa ciudad, con la colaboración de la Fundación Lara. Un ‘autor de género’, que intenta llegar al mayor número de lectores posible, y que ha elegido para su novela el mundo del cómic salpicado de intriga y humor, fue el protagonista del acto. Luis Manuel Ruiz presentó ‘Temblad villanos’, obra que se impuso a otros 914 textos originales, una cifra récord de participación al permitir por primera vez la presentación de obras on line. “Es el dato más expresivo de la consolidación de este premio”, destacó Francisco de la Torre, quien felicitó al director del IML, Alfredo Taján, por el prestigio que también ha alcanzado este galardón.
Luis Manuel Ruiz indicó que su intención es llegar al “lector democrático, ese que quizás no lea los suplementos culturales ni conozca a los autores de culto, pero que disfruta con una buena historia”. ‘Temblad villanos’ narra las aventuras de una inspectora de policía que tiene que resolver un extraño caso de asesinato, de la mano de un curioso personaje, un peculiar candidato a superhéroe de carácter excéntrico y disparatado. Estamos, pues, ante una novela negra, con tintes humorísticos, un toque fantástico y un homenaje al mundo del cómic, que ha supuesto la vuelta a la actualidad literaria de este escritor sevillano.
Con este argumento, el autor persigue magnetizar y distraer al lector: “El problema es que en torno al debate entre cultura seria y popular existe un viejo prejuicio que cuesta muchísimo trabajo desarraigar, a saber: que la cultura ha de ser aburrida, que la distracción ha de ser vacía. Modestamente, repito que he dedicado toda mi trayectoria narrativa, y sigo haciéndolo, a combatir ese estado de las cosas. Existe un punto intermedio, porque se puede escribir bien y no martirizar al lector, sino todo lo contrario”.
Para su libro, se ha apoyado en iconos de la cultura popular con el fin de construir “una novela policiaca que, junto con el cómic, a menudo son géneros maltratados como cultura de segunda división destinada al público juvenil», lamenta. La influencia del mundo del cómic se intuye en el título y se palpa en la misma portada del libro, con un toque pop.
Felizmente satisfecho con el resultado, parece haber encontrado una ruta como creador: “Me he pasado varios años sin publicar por diversos motivos, entre los cuales el más importante quizá sea la búsqueda de un camino propio. Después de saldar esa cuenta con la conciencia personal y llegar a la conclusión de que me apetecía escribir para disfrutar como he disfrutado leyendo, mis novelas se han dedicado a transitar la mitología de mis comienzos como lector. En ese sentido, ‘Temblad villanos’ es un paso más y un manifiesto desde su mismo título: resume palmariamente todo lo que pretendo hacer en el futuro, guste o no guste en ciertos ámbitos”.