El escritor José Luis Ferris revisa su reconocido trabajo de investigación y aporta datos inéditos sobre el poeta y su obra
Con ocasión del LXXV aniversario de su muerte en 2017, la figura y la obra de Miguel Hernández (1910-1942) vuelven a ser conmemoradas para celebrar no sólo al poeta, sino también al hombre. Y esta efeméride ha servido a la Fundación José Manuel Lara para recuperar una obra de referencia, la biografía que sobre el escritor publicara en 2002 el investigador y novelista José Luis Ferris. ‘Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta’, que se presenta esta semana, se publica ahora enriquecida con nuevos testimonios, como los aportados por cartas hasta hace poco desconocidas de Vicente Aleixandre o de Josefina Manresa, su mujer.
Esta obra, que ya era de referencia obligada para lectores y estudiosos, es una edición ampliada que aparece en vísperas de un aniversario para el que se programarán distintas jornadas y seminarios que pretenden dar a conocer más profundamente, sin tópicos, al poeta de Orihuela.
La obra de José Luis Ferris sobre el poeta ha sido unánimemente reconocida como la más completa y valiosa, un libro que deshace los tópicos y arroja luz definitiva sobre la breve y apasionada trayectoria del autor de ‘El rayo que no cesa’. Recuerda a las mujeres que inspiraron sus versos de amor, los recelos de Lorca, Cernuda o Alberti, o las circunstancias del proceso que lo llevó a la cárcel, sin olvidar las responsabilidades por su fallecimiento prematuro. Ferris desvela en este nuevo libro que ahora publica la Fundación José Manuel Lara los misterios que rodearon el itinerario del poeta pastor de Orihuela en una aproximación audaz y limpia de falsas leyendas, que sitúa en su justo lugar a aquel joven cuyo compromiso con la vida, en todas sus manifestaciones, le llevó a cantar con igual entrega la fuerza del deseo, la plenitud de la naturaleza y la honda grandeza del sufrimiento humano.
- ¿Qué aporta esta nueva edición de la biografía de Miguel Hernández?
- El poeta de Orihuela, pese a su desaparición física hace 75 años, es un órgano literario que no ha dejado de latir, de crecer y de expandirse entre cientos de miles de lectores. Desde la primera aparición de este libro en 2002 han pasado cerca de quince años, quince años de publicaciones y eventos en torno al autor de ‘Perito en lunas’ en los que han aparecido nuevos datos, algunos inéditos, reveladores testimonios, numerosas tesis doctorales, monografías y estudios de diversa índole. Lo que aporta esta nueva edición, en primer lugar, es una puesta al día, una actualización de sus contenidos y una confirmación, con más y mayores argumentos, de las hipótesis que la sujetaban. Por concretar, la aparición en la última década de epistolarios inéditos —la correspondencia entre el hispanista Dario Puccini y la viuda de Hernández, las misivas de Vicente Aleixandre a Miguel y Josefina Manresa y la edición completa de las cartas del poeta a su esposa—, así como de los diarios de guerra del diplomático chileno Carlos Morla Lynch. Todo ha servido para reconstruir con razones más firmes el entorno amoroso de ‘El rayo que no cesa’ y para documentar minuciosamente los últimos días de Hernández en Madrid al acabar la guerra.
- ¿Cree que la conmemoración del LXXV aniversario de su muerte va a ayudar a conocer mejor al poeta, al hombre? ¿Puede adelantarnos, como investigador de referencia y conocedor de la vida y obra de Hernández, algunos de los actos programados para el 2017?
- Por supuesto que todo lo que suponga un regreso al poeta, a su vida y, especialmente, a su obra, es positivo. La realización del IV Congreso Internacional sobre Hernández va a suponer otro acercamiento importante y otra labor de recuperación. Llevará el título de ‘Miguel Hernández, poeta en el mundo’. Este encuentro se dividirá en tres bloques principales que se centrarán en analizar la imagen exterior del poeta. Uno de ellos profundizará en el conocimiento de la recepción de su obra en los países hispanoamericanos, otro se ocupará de su difusión en el resto de países a través de las traducciones, con atención especial a su obra en Europa, y un tercero se dedicará a la divulgación hernandiana en el siglo XXI a través de internet y otras tecnologías. Son numerosos los jóvenes investigadores que en la última década se han visto atraídos por la obra de Miguel Hernández y hay que facilitar un espacio para que cuenten esa experiencia. De igual modo, a las iniciativas generadas desde el mundo académico hay que sumar otras de desde diversos ámbitos y disciplinas (el arte, el teatro, la música y la literatura) que también se están moviendo para la conmemoración del 2017.
- ¿Quedan muchas sombras en la biografía de Miguel Hernández?
- Siempre hay aspectos de la vida de la persona que estudiamos en profundidad que no quedan muy claros. Nos faltan datos, testimonios, pruebas que confirmen lo que muchas veces es mera intuición. Me gustaría haber podido leer el largo centenar de cartas que Josefina escribió a Miguel durante la guerra y en los años de cárcel, pero no se conserva ninguna. Creo que alguien aconsejó a la mujer del poeta que las quemara para que no se conociera esa otra cara de la relación. Me hubiera gustado conocer los proyectos que el poeta se llevó con su vida. En fin, hay cosas que por mucho que investiguemos nunca se podrán saber.
- ¿Podemos llevarnos alguna sorpresa al leer esta nueva edición? ¿Se desmonta algún tópico, alguna leyenda urbana?
- El trabajo de rescate y desescombro, de distanciamiento de los tópicos que hicieron de Hernández una bandera, un mártir y un triste poeta-cabrero fue la tarea de la que partió esta biografía desde su primera edición. Devolver a Miguel Hernández a su estado natural, a su condición de militante apasionado de la vida, limpio de leyendas, fue siempre mi objetivo. Ya desmontamos el tópico de la falsa pobreza y el de su limitada formación cultural. Queda claro que no tuvo la preparación ni los medios de que gozaron los intelectuales con los que se codeó en Madrid, pero él supo superar perfectamente esa carencia. Iba con su carácter, con su temperamento, el enorme afán de superación que le define, y eso se ve en su enorme amor a la literatura. Miguel creía en él, en sus posibilidades, y no cejó jamás en el empeño de hacerse oír a pesar de los obstáculos que le pusieron en vida unos y otros. Era obstinado y tenía talento. Eso le bastó para llegar a donde llegó. En esta edición de ‘Pasiones, cárcel y muerte de un poeta’ vamos a encontrarnos con una nueva propuesta de lectura de ‘El rayo que no cesa’ a partir de iluminadores datos biográficos; vamos a profundizar en la polémica relación de Miguel con los compañeros que no lucharon, como él, en el frente durante la contienda civil; vamos a conocer nuevos datos sobre sobre su viaje a la URSS en 1937, sobre su participación en las Misiones Pedagógicas, sobre sus numerosas detenciones y su estancia en prisión. Vamos a disponer de pruebas y testimonios sobrados para demostrar el abandono que sufrió el poeta por parte de amigos de generación al acabar la Guerra Civil.
- Acerca de las mujeres que formaron parte de la vida de Hernández, especialmente de las que tuvieron cierto protagonismo en su obra, ¿hay nuevos datos? ¿Se puede sostener la idea de que Josefina Manresa fue el gran amor del poeta?
- En este libro se aclaran muchos aspectos personales de Miguel; algunos son determinantes para aportar una nueva lectura de ‘El rayo que no cesa’, el libro de sonetos de amor del oriolano. Partimos de que Josefina ocupa de modo amplio y prioritario su vida afectiva, y de ello dan cuenta la mayor parte de sus poemas de amor y una correspondencia de más de trescientas cartas. Esto no impide aceptar, como ya sabemos, que hubo otras mujeres en su vida, desde el primer amor adolescente que encarna Carmen Samper Reig -a quien conoció en el ambiente de la tahona de Carlos Fenoll y a quien dedicó algunas prosas y varios poemas-, a María Zambrano, María Cegarra y, sobre todo, Maruja Mallo, artista con la que compartió experiencias íntimas y artísticas entre mayo y octubre de 1935. Josefina fue la ‘novia oficial’ y, tras un tiempo de crisis, la mujer a la que regresó para convertirla en su esposa y en madre de sus hijos. Iniciaron un noviazgo en 1934 con bastantes reparos, ya que la muchacha aldeana tenía unos principios católicos y morales muy asumidos que no permitieron que la relación fuera más allá de paseos puritanos e inocentes caricias. Cuando Hernández se instala en Madrid en 1935 y se rodea de nuevas amistades y de un ambiente de libertad, sin atavismos religiosos, se distancia de Josefina y rompen el compromiso. Es en ese tiempo cuando la pintora Maruja Mallo entra en su vida (decisiva para entender los poemas del libro citado) y cuando recupera la relación con una vieja amiga, la poeta María Cegarra. Las tres están presentes en esa obra, pero en las proporciones que se detallan en la biografía, dando el protagonismo a quien, en esas fechas, lo tenía con pleno derecho.
- ¿Qué imagen le gustaría que quedase del poeta, del hombre y del artista?
- La del hombre íntegro y la del poeta necesario. He dicho muchas veces que no quisiera encontrarme nunca ante dilemas como los que Miguel Hernández sufrió. Mantener su dignidad, su integridad ideológica, su firmeza moral, entraba en directa oposición con salvar su vida y con la posibilidad directa de salir de prisión y de estar junto a su mujer y su hijo. Lo que, por un lado, le pedía su pensamiento y su conciencia, por otro se lo negaba su corazón. Creo que eso minó sobremanera su salud, debilitó su cuerpo, y esa debilidad fue la que aprovecharon algunos para rematar al poeta. Por otro lado, su poesía tiene una vigencia estremecedora. Como escribí hace unos años en un libro para niños, “Miguel fue, por encima de todo, el gran poeta de la vida. Las palabras que escribía en un papel, los versos que ponía en su cuaderno, salían de su cabeza, es cierto, pero sobre todo brotaban de su alma. Su poesía era tan verdadera que, más de un siglo después de que el poeta viniera al mundo, aún atrae a los lectores de cualquier edad, de cualquier color, de cualquier familia y de cualquier país. Miguel Hernández se marchó hace muchos años, pero gracias a ti, a lectores como tú, su voz se escucha, nueva y limpia, cada día”.