Nuevo título de la colección ‘Ciudades andaluzas en la Historia’, editada por la Fundación José Manuel Lara
El nuevo libro de Antonio Soler, ‘Málaga, paraíso perdido’ (editado por Fundación José Manuel Lara), acaba de vez la luz y será presentado al público el próximo días 13 de diciembre, eun acto que se celebrará en su ciudad y que está organizado por el Instituto Municipal del Libro, dependiente del Ayuntamiento de Málaga. Este nuevo título de la colección ‘Ciudades andaluzas en la Historia’, Soler cuenta cómo se fuerompiendo el sueño de esta ciudad de ser “une nueva Barcelona desde que a mediados del siglo XIX reuniera las condiciones para ser una urbe próspera, desarrollada e industrial, hasta que poco se fuera hundiendo, desembocando en el desastre final con la Guerra Civil y la entrada de las tropas en 1937”.
“Pero este sueño no cuajó, porque se va rompiendo una y otra vez, hundiéndose más, con algunos picos de remonte, pero que finalmente desemboca en el desastre de la guerra”, manifestó Soler, que ha intentado ahondar en la personalidad de esta ciudad y de esa época, que siempre le había interesado, vinculando la historia de Málaga a la del resto de las ciudades de España. Así, precisó que “si hay un gran movimiento anarquista en Málaga no sucede de forma espontánea, sino que está conectado con el resto del país”, matizando que la obra vincula los movimientos sociales y políticos con la repercusión en la ciudad andaluza y cómo la gente lo vive en las calles”.
Con respecto a las claves que hacían apuntar al paraíso, Soler señaló que estaba “la burguesía adinerada” en su mayoría foránea, apuntando familias como los Larios o Heredia, procedentes éstos de La Rioja. Además, los extranjeros afincados en la zona, que conformaban una burguesía boyante, aislada del gran mundo, que llevó a cabo fuertes inversiones”. En contrapartida, según explicó, existía “una clase obrera dinámica y concienciada y formada por obreros urbanos e industriales, al estilo de la existente en Barcelona, que le dio la réplica a sus patronos”. El resultado, dijo, es “un microcosmos en el que se produce el gran debate social de Europa del momento, los movimientos obreros contra la patronal. Las dos clases conviven como hermanos siameses que se odian, pero que, al mismo tiempo, son indispensables el uno para el otro”. El gran encontronazo, según Soler, desemboca en la Guerra Civil, contexto en el que “las ideologías están muy vivas, todos creen en una nueva era que está al llegar, la revolución rusa impregna todo, los movimientos fascistas, el socialismo, y todo acaba convertido en una gran olla a presión”.
CONCIENCIACIÓN POLÍTICA FUERTE
El Premio Nadal 2004 con ‘El camino de los ingleses’ indicó que Málaga tenía una concienciación política “bastante fuerte motivada por una clase obrera movilizada y fuerte”, recordando la presencia del anarquismo, el socialismo y el comunismo. Un día más tarde de la sublevación de las tropas en África, el 17 de julio de 1936, en Málaga se produce ya una movilización inmediata de la clase obrera, consiguiendo frenar el golpe en la ciudad tras unos combates callejeros y represión virulenta. “Por eso, cuando en febrero de 1937 cae la ciudad en manos de las tropas nacionales, la gente sale en desbandadas hacia Almería temiendo con razón que la represión franquista será dura, como así fue”, indicó.
Asimismo, el capítulo refleja la vinculación de la Generación del 27 con la ciudad, entre los que apunta los lazos personales de escritores como Lorca, quien veraneaba en Málaga, de la que llegó a afirmar que era “la ciudad andaluza por la que tiene más debilidad y que más le gustaba”. Además, ldestaca a amistad del granadino con Emilio Prados, quien junto a Manuel Altolaguirre forman la revista ‘Litoral’, “el buque insignia de la Generación del 27, así como la imprenta Sur, en la que se publican libros de los miembros del movimiento literario como ‘Perfil del aire’ de Cernuda.