El libro se ha presentado ya en Sevilla, Madrid y Valencia, y próximamente el autor estará en Málaga y Granada
El año 2013 comenzó para la colección Vandalia con la publicación de ‘La musa furtiva. Poesía 1967-2012’, de Vicente Molina Foix, un volumen que recoge la totalidad de la obra poética de este autor, desde finales de los años sesenta -cuando fue seleccionado como uno de los ‘Nueve novísimos poetas españoles’ de la célebre antología de Josep Maria Castellet-, hasta hoy mismo, incluyendo en su parte final poemas recientes de un libro en marcha. Se trata de la primera recopilación de su producción lírica y nos muestra la faceta menos conocida de un narrador que ha merecido premios tan prestigiosos como el Herralde o el Nacional de Narrativa.
Precedido de un prólogo de Candelas Gala, que realiza un impecable análisis de la obra, el propio autor ha revisado esta selección, ha eliminado algunos poemas de los publicados tanto en antologías como en sus dos únicos poemarios –‘Los espías del realista’ y ‘Vanas penas de amor’–, y ofrece la posibilidad de conocer una trayectoria, paralela a la del novelista, que se remonta a su juventud universitaria.
Por este motivo, la publicación de ‘La musa furtiva’ ha provocado en el poeta “una impresión vertiginosa pero placentera. Es como volver a la adolescencia desde la edad madura (muy madura), y ganar el tiempo perdido con la ayuda de la poesía. He escrito en mi vida muchos versos desde muy pronto y he publicado pocos, así que los casi cinco meses empleados en descubrir, recordar, releer, revisar, descartar o recuperar todo el material guardado en carpetas ha sido un viaje hacia atrás que me ha permitido reconstruir imágenes, palabras y situaciones de mí mismo que, sin haber olvidado del todo, permanecían en la caja fuerte de la memoria inconsciente”.
Desde las prosas poéticas de fuerte contenido irracional de aquel “espíritu novísimo”, hasta los últimos poemas que Molina Foix llama, quizá con ironía, “versos morales”, sin olvidar la sustancial producción de carácter amatorio y no pocas veces cínico, todos aparecen en este nuevo título de Vandalia. “Sólo he eliminado –dice- un poema aparecido en la selección de Castellet y unas pocas piezas posteriores que salieron en ‘Vanas penas de amor’ y en revistas. Y tampoco están, naturalmente, los poemas inéditos o inacabados que en la relectura actual me han parecido redundantes, insignificantes o rematadamente malos”.
Sí han quedado recogidos en ‘La musa furtiva’ todos esos cambios producidos en los 45 años trascurridos entre los primeros y los últimos poemas. “En cierto modo –explica-, este libro podría ser una suerte de ‘biografía literaria’ a través de los temperamentos del poeta: la irracionalidad, el ‘nonsense’, el juego semántico, el sentimiento amoroso, el resentimiento amoroso, los caprichos de la carne, las sumisiones de la carne, la pesadumbre de la edad o el saber de la edad”.
Profesor de literatura española en Oxford, autor dramático, narrador, crítico y director de cine, la poesía fue, desde que tuvo uso de razón, lo primero que escribió, a la vez que teatro. Y quizás por eso “nunca he dejado de escribirla, aunque haya sido cauto o veleidoso en mis apariciones de poeta. Le he guardado, sin embargo, una fidelidad inquebrantable como lector. Todos los días de mi vida intento leer al menos un poema, y nunca falta en mis ritos de paso y en mis viajes un volumen de versos. Pero, por otro lado, sigo escribiendo poesía con regularidad, y ‘La musa furtiva’ se cierra con un apartado de inéditos recientes”.
Recuerda Molina Foix que sus primeros amigos adultos fueron poetas: “Vicente Aleixandre, Gimferrer, Carnero, Leopoldo Mª Panero, Félix de Azúa, Antonio Martínez Sarrión. Con ellos, y otros no menos inolvidables, casi todos cercanos al cine y algunos practicantes después de la narrativa, me formé, si bien yo me he mostrado más visible en la novela, la crítica y las artes –digamos- ‘representativas’ como el teatro o el cine”.