Se trata de una enciclopedia personal en la que se mezclan el dato y la interpretación con la parodia y el análisis, sin olvidar la ironía y el humor
Estamos ante un ejercicio de literatura en estado puro. El escritor andaluz Felipe Benítez Reyes nos sorprende de nuevo con un libro –en el que ha trabajado a lo largo de los últimos 25 años– de factura clásica y de visión novedosa, en el que mezcla “la precisión de un proyecto enciclopédico y la fantasía propia de la creación literaria: el método caprichoso y el capricho metódico”, en palabras del autor. El libro se presenta esta semana en Cádiz (lunes, 10 de junio, en la sede de la Fundación Carlos Edmundo de Ory) y Sevilla (miércoles, 12 de junio, en la sede de la Fundación Cajasol) después de haber tenido una excelente acogida entre la crítica y los medios de comunicación.
En ‘El intruso honorífico. Prontuario enciclopédico provisional de algunas cosas materiales y conceptuales del mundo’, título del libro, estamos ante un trabajo en el que se despliegan, entre bromas y veras, saberes y conjeturas, información y especulación. Y ofrece, sobre todo, la habitual brillantez de la prosa, el ingenio y el buen humor de Benítez Reyes, un diccionario de autor que reúne décadas de lecturas y muchas de las claves de su universo literario, lo que le valió el Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos que conceden la Fundación Cajasol y la Fundación José Manuel Lara.
‘El intruso honorífico’ viene a ser una enciclopedia personal en la que se mezclan la interpretación y el dato, la parodia y el análisis, la visión crítica y la visión irónica, dando pie a una especie de caleidoscopio ensayístico en el que se analizan o se definen objetos cotidianos y conceptos universales, obras artísticas y creadores de todas las disciplinas, con el foco centrado en los aspectos más extraños e imprevistos de nuestra realidad. En la obra premiada de Felipe Benítez Reyes, el jurado destacó que se trata de “un diccionario de autor que reúne con ingenio, buen humor y excelente escritura un sinfín de referencias literarias, combinando autores y conceptos en irónicas definiciones que alternan el microensayo o el microrrelato con el aforismo y otras formas breves”.
- ¿Qué definición le daría a este libro: enciclopedia personal, ensayo, diccionario de autor…?
- Se trata de un proyecto híbrido. Su formato tiene algo de diccionario, de enciclopedia, de recopilación de ensayos, de sucesión de aforismos, incluso de procedimientos puramente narrativos en ocasiones. Plantea una visión más o menos imprevisible, y ojalá que más o menos imprevista, de muchas cosas, ya sea una almohada o Truman Capote, ya sea la redefinición de una figura retórica o una divagación en torno a las bombillas, por ejemplo. Los procedimientos son variados: lo mismo hay una definición que consta de cuatro palabras que otra que ocupa varias páginas. Según.
- 25 años ha tardado en terminar ese libro. ¿Cree que de verdad está terminado, o puede seguir añadiendo términos?
- Es un libro terminado, pero con la peculiaridad de ser un libro prácticamente interminable. Es el resultado de muchísimos años haciendo anotaciones, ideando definiciones, buscando datos… Son esos libros que parecen escribirse por sí solos, aunque hay muchísimas horas de trabajo detrás. Por supuesto, admite una prolongación, y creo que la tendrá, aunque tengan que pasar otros 25 años, si los hubiera.
- ¿Qué palabra/término se le ha resistido y al final no ha entrado?
- Faltan muchísimas cosas, al tratarse al fin y al cabo de un proyecto de ambición enciclopédica. Faltan, por ejemplo, muchos escritores y pintores sobre los que me hubiese gustado decir algo. En cualquier caso, no es libro para leerlo seguido, sino para picotear en él. Si se me permite la inmodestia, me gustaría que fuese un libro de mesilla de noche. De esos que coges de vez en cuando, en el hueco entre una lectura y otra, y lees tres o cuatro páginas, y así hasta que tienes otro hueco. Pero comprendo, ya digo, que se trata de una inmodestia por mi parte, ya que la mesilla de noche es un lugar de privilegio para cualquier libro.
- ¿Está Felipe Benítez Reyes en este libro en estado puro? ¿Es, en cierto modo, muy autobiográfico?
- Autobiográfico no creo. No al menos en sentido estricto. En él hay opiniones personales y es posible que algunas intransferibles, pero el protagonismo no recae en el relato de mis experiencias, sino en el intento de análisis objetivo –dentro de lo que cabe, claro está- de mi percepción subjetiva de algunos conceptos, de algunos escritores, de algunas nimiedades aparentes que pueden dar pie a un desarrollo analítico complejo, ya sea desde una conciencia crítica o desde la parodia. Hay un poco de todo.
- ¿Cuál sería su balance de este libro si se pusiera en la piel de un lector?
- Ponerse en esa piel no resulta fácil con un libro propio, pero, no sé, me conformaría con provocar una sonrisa o una reflexión, con ofrecer un dato que le fuese desconocido y que le resultase revelador o al menos pintoresco, con hacerle partícipe, en definitiva, de un juego literario en el que se sienta implicado.
- ¿Desvela este libro más claves del Benítez Reyes escritor o del Benítez Reyes lector?
- Me temo que ambos son indisociables. El escritor escribe desde sus lecturas y lee desde su sentido de la escritura.