La poeta sevillana Julia Uceda visitó Sevilla para presentar, de la mano del Centro Andaluz de las Letras, su último libro Escritos en la corteza de los árboles, publicado en la colección Vandalia. Los profesores Jacobo Cortines y Raquel Rico fueron los encargados de hablar con la autora en este acto celebrado en la Biblioteca Pública Infanta Elena, en el que se refirió a su último poemario como “el libro que menos conozco y el que menos me conoce. Un autor nunca tiene certezas sobre lo que ha hecho. Solamente cuando pasa el tiempo y vuelves a releer un libro o un poema te das cuenta de lo que has dicho.
Previamente, y ante los periodistas, la escritora se desmarcó de quienes defendían una poesía social, más preocupada por el registro de lo inmediato y menos trabajada en sus formas e inquietudes. “Hablaban de la poesía como un arma cargada de futuro, pero la poesía no puede ser un arma, que es algo que sirve para matar”, indicó antes de disculparse con Gabriel Celaya.
Julia Uceda explicó que en su nuevo libro ha querido dar forma al pensamiento y reflexionar sobre la capacidad de la palabra para dar vida a lo inexplorado. “Es la palabra la que descubre las cosas. Lo que no se conoce es porque no hay una palabra que lo diga. Tú tienes una chaqueta muy bonita, pero si no está la palabra que la nombra no existe. En épocas que no alcanzamos ni siquiera a pensar, un ser humano siente dolor, alegría, amor, pero no sabe lo que es. Encontrar esas palabras es la misión de la poesía”, señaló.
A sus 88 años recién cumplidos, continúa atenta a lo que hacen los jóvenes: “Me meto en Facebook y leo lo que escriben, y lo que más me preocupa es que algunos han perdido el sentido del ritmo del español, porque cada idioma tiene su propio ritmo, y algunos parecen poetas ingleses traducidos.
Instalada en Galicia, donde mantiene su residencia, sigue siendo una de las voces más sólidas del panorama nacional, con premios nacionales que han remarcado el interés sobre sus últimos libros. “El reconocimiento indicó- es algo que te agrada, pero a mí no me preocupa mucho. Vivo en Galicia por casualidad, pero la verdad es que allí tengo independencia. Si estás entre mucha gente, es inevitable tener muchas presiones y eso no va conmigo”.