La Fundación Lara colabora en esta excepcional muestra fotográfica
Rafael Sanz Lobato, Premio Nacional de Fotografía 2011, será el excepcional protagonista de una exposición que su ciudad, Sevilla, le debe por ser uno de los grandes nombres de la fotografía española. El Ayuntamiento de Sevilla, a través del ICAS, organiza esta muestra antológica que se celebra del 17 de febrero de 2013 al 2 de marzo de 2013 en el Espacio Santa Clara (C/ Becas. Sevilla).
Este proyecto es una coproducción con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (Dirección general de Bellas Artes) y cuenta con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara, que desde el primer momento mostró su interés por esta exposición antológica que viene a rendir homenaje a un sevillano ilustre, aunque poco conocido en su tierra, que pertenece a una generación irrepetible de fotógrafos de posguerra que a partir de los años 50 del pasado siglo dio a nuestro país una producción documental excepcional. Rafael Sanz Lobato convirtió la fotografía en una pasión desbordante, y sus paisajes y personajes definen nuestra propia identidad.
En el catálogo de esta exposición se hace hincapié en su labor como documentalista. “Es capaz –se destaca- de rememorar, entender e interpretar una manera de vivir en un período no muy lejano de la España profunda, donde el carácter y el alma de este país se manifiestan a través de los ritos religiosos o civiles. Sus imágenes nos fascinan y nos enseñan. Rafael es uno de los fotógrafos que ha sabido relacionarse con la gente, escucharla, respetarla y fotografiarla. Sus paisajes ilustran una España árida y al tiempo majestuosa. Una España profundamente religiosa, que respeta siglo tras siglo, año tras año, los ritos marcados por una Iglesia omnipresente”.
En esta exposición, según explican sus comisarios (David Balsells y Chantal Grande) encontramos un magnífico ejemplo del mejor realismo documental, dotado de gran intensidad y sensibilidad. Son documentos clave de la fotografía realista moderna española que han influido de forma importante en autores de las generaciones sucesivas. Su sensibilidad extraordinaria también la encontramos en sus paisajes, donde transforma amaneceres o crepúsculos en pura poesía.En sus retratos encontramos una relación directa y humana con el modelo, en la tradición de los grandes retratistas, retratos en los que Rafael Sanz Lobato ha sabido encontrar el momento de inflexión, la bajada de la guardia del personaje ante una pared lisa y desnuda con una inequívoca dosis de dramatismo. Y finalmente las naturalezas muertas, que configuran una nueva etapa y constituyen otra gran lección de fotografía rebosante de buena inspiración y excelente composición.
“Rafael Sanz Lobato es un creador inquieto y rebelde, un hombre íntegro, curioso y «joven», absolutamente comprometido con su arte y su época”, se indica en los textos que acompañan esta gran retrospectiva, que reúne el conjunto de su extensa trayectoria, lamentablemente olvidada pero que ahora tiene la oportunidad de captar la atención, invitar a la contemplación y provocar la reflexión crítica.