La autora recorre la vida y la trayectoria profesional de uno de los grandes periodistas y escritores del siglo XX
La figura de Manuel Chaves Nogales llega a la colección de obras galardonadas con el Premio de Biografías Antonio Domínguez Ortiz, que concede la Fundación José Manuel Lara con la colaboración de Ibercaja. María Isabel Cintas Guillén es la autora de ‘Chaves Nogales. El oficio de contar’, libro que fue presentado en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. La espectacular recuperación de la figura y la obra de este periodista y escritor (Sevilla, 1897-Londres, 1944) precisaba de una biografía que recorriera, por primera vez y en detalle, su celebrada y sorprendente trayectoria profesional. Fruto de largos años de investigación, este libro da cuenta de las distintas etapas de su itinerario, de sus viajes por Europa, la URSS o el Norte de África, de sus reportajes y colaboraciones en periódicos y revistas de medio mundo.
María Isabel Cintas Guillén llegó hace casi veinte años a la figura de Manuel Chaves Nogales, un gran desconocido para el público en general, que poco o nada sabía de este gran periodista sevillano a quien sólo se habían acercado algunos estudiosos, pero de manera parcial y con documentación muy reducida. La autora de esta biografía se ha acercado a la trayectoria vital de Chaves Nogales y ha enmarcado su actividad en el contexto histórico de una época convulsa y fascinante que abarca la revolución rusa, la dictadura de Primo, la proclamación de la República, el estallido de la Guerra Civil, la ocupación de Francia o el exilio en Inglaterra, donde murió de forma repentina. El paso del tiempo ha confirmado no sólo la calidad literaria de la obra narrativa y periodística de Chaves, sino también el valor y la lucidez de un cronista excepcional que engrandeció el oficio y cuyo ejemplo mantiene toda su vigencia.
– ¿Cuándo se produce su primer acercamiento a la figura de Chaves Nogales?
– En 1990 pedí al profesor Rogelio Reyes Cano, de la Facultad de Filología, que me buscara un tema para mi tesis doctoral y él me habló de Chaves Nogales. Nunca antes había oído hablar de él. Y fue un trabajo complejo, porque ni los manuales, ni siquiera la memoria, me daban noticias. Sólo algún que otro intelectual lo recordaba y pedía que se le prestara atención. Y tan sólo su libro sobre Belmonte se había seguido reeditando. Todo lo demás, su obra periodística y su obra narrativa, se había olvidado y permanecía oculto en periódicos y librerías de viejo, de donde era preciso rescatarlo. Hoy, cuando se suceden las ediciones de su obra, todavía queda mucho por decir de él.
–¿Qué faceta destacaría de este escritor y periodista?
– Quizá lo más interesante de él sea su capacidad para ver con claridad las motivaciones dentro de los mismos acontecimientos y que, además, la historia haya dado la razón a sus juicios. Eso, unido al ejercicio de un periodismo innovador, adecuado a la realidad que refleja, desapasionado y clarividente, con un lenguaje sencillo y ameno, equilibrado e imparcial, lo convierten en un periodista moderno al que hoy nos acercamos para ver la historia que él nos relata, y que nos prende y nos hace próximos a sus planteamientos, como si hubiera tenido una rara capacidad para ver lo que vendría después.
– ¿Cómo justificaría el olvido en que ha caído Chaves Nogales en estos años?
– Precisamente esa ecuanimidad para enjuiciar los acontecimientos en los que estaba inmerso pudo ser la causa del olvido. La historia de España y de Europa de la primera mitad del siglo XX se vivió con mucha radicalidad, había dos posturas enfrentadas, comunismo y fascismo (simplificando extraordinariamente) y ambas tendencias eran igualmente nefastas para este periodista, que fue demócrata antes incluso que republicano, que creyó en el diálogo como forma de entendimiento y que consideró a las fronteras como elementos negativos. Fue contrario a las barreras de todo signo y partidario de conceder la mayoría de edad a los pueblos frente a los caudillos de todo signo.
– ¿Qué aporta esta biografía? ¿Podemos descubrir nuevas facetas, actividades o cualidades de este personaje tan extraordinario?
– La persona interesada en Chaves Nogales encontrará en esta biografía, que he titulado ‘El oficio de contar’, precisamente una contextualización histórica de su época y sus intereses como informador, ya que he seguido su huella laboral por los periódicos y ciudades en que trabajó. Se puede ver su manera de ejercer el periodismo, su concepto de la información. Es un comunicador esencial, se dedicó a ello en plenitud, trabajaba continuamente, podemos decir que vivía para el trabajo, incluso vivía en el trabajo. Viajaba continuamente y se entregaba en cuerpo y alma a la tarea. He podido encontrar a pocas personas que lo conocieran o trataran personalmente. Incluso su familia ha podido aportarme pocos datos, si tenemos en cuenta que he preferido centrarme en el trabajo y no bucear en la intimidad, cosa que a buen seguro no hubiera sido de su agrado. De todos modos, de Chaves Nogales quedan muchas facetas sin desvelar. Pero estoy segura de que no le hubiera interesado que nos adentráramos en exceso en su vida privada.
– ¿Cuál es su obra preferida de Chaves Nogales y por qué?
– Me parece que su faceta como narrador llega a su culminación con los relatos de ‘A sangre y fuego’, donde la realidad se viste de ficción para hacerse pedagógica y ejemplar. Chaves está en ellos a la altura de la mejor narrativa española del siglo XX. Y no digamos su biografía de Belmonte, excepcional, llena de humanidad, fuerza y enseñanzas, donde cuenta la vida de un torero siendo como era, una persona que jamás pisó una plaza de toros ni tuvo el más mínimo interés en la ‘fiesta nacional’. También me tiene muy deslumbrada un reportaje sobre la defensa de Madrid sencillo, contundente, magnífico, sobre un tema tan duro como la batalla por la capital que tuvo lugar durante la guerra civil. Y recordaría también sus reportajes sobre la Alemania de Hitler, sobre el campo andaluz y sus problemas, sobre la revolución de Asturias… Es contundente, preciso, clarificador, independiente… y ameno. Durante todo el tiempo que ha durado mi investigación he disfrutado con el deslumbramiento continuo que me producía leer el trabajo de este periodista, que afortunadamente comienza a ser tenido en cuenta en las Facultades de Periodismo como maestro en el oficio.